El Arte y la Realidad

Partiendo de que el cuadro es un ente autónomo al margen de la realidad, el primer problema de cómo realizar la obra: como una representación tal y como la percibimos o bien una interpretación; en mi caso se resuelve solo. Siempre tomo opción por la representación libre del modelo. Utilizo el modelo como una referencia, como una simple estructura que amoldo y acoplo a lo que quiero representa en la obra, y no como un elemento que ciña y restrinja mi propia capacidad creativa. El nivel de abstracción que pudiera llevar en si misma la obra depende muchas veces de un diálogo con ella, en el que esta me va sugiriendo nuevas aportaciones.

estudiohurtado

Se produce entonces el “diálogo”, un constante pedir-dar, el cuadro requiere la acción del pintor, y este actúa. Surgen entonces situaciones no controladas conscientemente que el pintor debe reconocer, apreciar y respetar en el cuadro, produciéndose así un enriquecimiento de la obra. Cada cuadro se convierte en un nuevo experimento, una nueva lucha, nuevas soluciones, nada está amarrado desde un principio. La pintura fluye creándose a si misma. El pintor posee algunos conocimientos en la práctica de la pintura, pero el cuadro no es la plasmación directa de la idea al lienzo, como haría un artesano. El pintor debe ser algo más, debe ser un creador.

 

Parto de la realidad y escojo de entre ella, todo lo que me pueda connotar emocionalmente y pueda resultar interesante al lenguaje pictórico. Asimismo manipulo y rehago el natural potenciando o diluyendo determinadas formas y tonos a partir de una valoración cromática de gran riqueza, basada en colores puros, sin presencia de tierras o negro, así como la ausencia casi absoluta del blanco salvo para matizar algunos colores.